Por donde antes pasaba aquel Muro

9 de Noviembre 2009, Berlín del Este (creo)

Desde antes de llegar a esta mítica ciudad esperaba impacientemente este día, este momento: la celebración del veinte aniversario de la caída del alguna vez infame y ahora legendario Muro de Berlín.

Voy caminando apresurado, llueve a cantaros y ando medio perdido, como de costumbre. Con las manos heladas, viendo el mapa mojado a través de los esquivos faroles de la calle me doy cuenta que ando en dirección equivocada. Me devuelvo y apuro el paso, como también es mi costumbre voy maldiciendo mi asombroso talento para desorientarme. Una sensación de inquietante espera me invade, en unos momentos se supone que seré parte simbólica de la historia… Doblo la esquina, paso debajo de un fantasmagórico puente y allí los encuentro a todos. Cientos de personas con luces y velas en las manos, desperdigadas por toda la calle, a la espera del momento preciso para unir sus manos y formar un muro humano que recorra los más de 30 kilómetros en que la ciudad estuvo divida de norte a sur, un muro humano  que simbolice hermandad universal o algo así. Como una de esas ironías históricas, nosotros, que vivimos en el espejismo de respirar en libertad, usamos parte de los mismos símbolos a los que jugaba el sistema comunista: la hermandad -del proletariado- en todos los pueblos! Como una novela brasileña, me seduce el plan aunque se base en algo tan cursi y manoseado.

De inmediato me doy cuenta que algo no anda bien. Hay muchas personas pero no veo a alguien liderando este asunto y mis peores presentimientos se hacen realidad: no pasa nada. Durante un par de minutos, en el momento que deben ser las 8:30 de la noche, algunas personas se agarran de la mano, pero no logran formar una fila de más de diez metros. Pasan treinta minutos y la calle se queda casi desierta, como supongo debía haber estado hace más de veinte años cuando aquel temible muro se erguía a su lado. Esto es un desastre, y no solo por el fiasco, sino porque también me he perdido la oportunidad de presenciar la celebración oficial, la que ahora mismo está sucediendo en la Puerta de Brandemburgo con sus fuegos artificiales, conciertos y discursos de Gorbachov. Pero yo privando de alternativo, de pendejo, tenía que elegir venir a la vaina esta…

Cuando ya no soporto más el frio y la humedad, cuando es obvio que el tan esperado evento se ha desvanecido sin ni siquiera haber empezado, cuando creo que está todo perdido, miro a mi lado y veo a dos adolescentes solitarios quienes de manera milagrosa dejan sus velas encendidas, debajo de un asiento, en medio de la lluvia y el furioso viento, en un punto exacto por donde pasaba el ahora invisible muro. Algo me conmueve profundamente de esta escena anónima. Quizás este es el mejor homenaje a eso que invocamos como libertad, esperanza, algo mucho mejor que un evento masivo y pretencioso. Tan solo esto: una llama encendida, solitaria, plantada por manos temblorosas de idealismo, enfrentando la lluvia, el frío, la indeferencia y el olvido.  Una tenue luz, en donde antes habitaba una enorme sombra.

Quizás esta es la verdadera celebración a la que sin saberlo había deseado asistir.

3 comentarios en “Por donde antes pasaba aquel Muro

  1. Amén por eso!!!!!!! La verdadera nobleza del ser humano se manifiesta en la forma más sencilla y, lamentablemente, no-oficial. Incluso cuando es rodeada de fanfarría, su centro siempre es algo hermosamente simple.

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